Una por una. El gráfico que muestra cómo están las empresas argentinas
En marzo la economía se detuvo casi por completo. La cuarentena dispuesta para frenar la expansión del coronavirus y preparar el sistema de salud frenó a casi todos los sectores, a excepción de algunos rubros considerados esenciales. Con el correr de los meses, los distritos avanzaron con excepciones y flexibilizaron las restricciones, y así la actividad empezó a revertir su caída, aunque la tendencia no alcanza a todos por igual y dejó ganadores y perdedores.
Mientras que el comercio o la industria están algo más cerca de sus valores previos a la pandemia, otros sectores, como los vinculados al turismo, no logran arrancar, y su crisis parece no encontrar fondo.
La hotelería es uno de los rubros más castigados. A fines de agosto, dos de cada tres (64,9%) establecimientos dedicados al alojamiento en el país tenían facturación nula o mínima, según estimaciones del último Informe de Panorama Productivo del CEP XXI, un organismo dependiente del Ministerio de Producción.
Sin viajes internos ni arribos de turistas del exterior, las firmas de hotelería no se beneficiaron de la flexibilización de la cuarentena, que los había dejado como uno de los sectores de mayor caída: según CEP XXI, un 74,2% de las empresas del sector declararon tener ingresos nulos o mínimos en abril.
Su evolución contrasta con otros rubros como la industria, que tuvo una fuerte contracción en abril, pero recuperó parte de esa caída en los meses siguientes. En abril, las firmas que declaraban tener facturación nula era del 30%, y ese porcentaje cayó al 7,8% en agosto.
Otro de los rubros más golpeados por la pandemia y la cuarentena dispuesta en múltiples distritos fue la gastronomía. En abril, seis de cada 10 firmas del sector (61,8%) no tenían ingresos, aunque el escenario comenzó a revertirse a medida que se autorizaron nuevas operaciones, la modalidad 'para llevar' y el consumo al aire libre. En agosto, los locales que no tenían ingresos eran el 32,8%.
Todos los rubros mejoraron su actividad, aunque todavía se encontraban, en distinto nivel de contracción, por debajo de sus valores previos a la pandemia. Entre los más golpeados estaban la construcción (26,1% de las firmas no tenían ingresos en agosto, mientras que en abril eran el 39,9%) y el comercio. En este último rubro, la proporción de empresas sin facturación pasó de 23,6% en abril al 5,7%.
De todas maneras, esto es apenas un indicador: la mayoría de las firmas que lograron recomponer parte de su actividad todavía están facturando volúmenes inferiores a los que registraban en 2019.
En los primeros siete meses del año, el Indec registró una caída del 12,6% en el nivel de actividad, de acuerdo con los datos del EMAE. Este indicador ubica a restaurantes y firmas gastronómicas, la construcción, la pesca, el transporte y las comunicaciones y los servicios sociales y comunitarios como los más afectados.
Las proyecciones estiman que 2020 tendrá una caída del nivel de actividad superior al desplome registrado tras la salida de la Convertibilidad y el estallido social de 2001. En 2002, el Indec registró una caída del PBI del 10,9%, y los números de este año proyectan ser mayores. En el Presupuesto, el Gobierno estima una caída del 13,6% este año, y un rebote del 5,5% en 2021.
Mientras tanto, el FMI proyecta para el país una caída del 11,8% este año y un crecimiento del 4,9%, ambos menores a lo que estima el oficialismo. De esta forma, la Argentina completará este año su tercer año consecutivo con contracción del nivel de actividad.
El impacto negativo de la crisis también se refleja en el mercado de trabajo. En julio de 2020, según los datos del SIPA, hubo 300.000 asalariados privados registrados menos que en igual mes del año pasado. A su vez, el desempleo en el segundo trimestre del año llegó al 13,5%, el nivel más alto desde 2005, aunque la situación es aún más compleja. Por la cuarentena, miles de personas que perdieron su trabajo no fueron registrados como desempleados sino como 'inactivos', situación que ilustra un mayor impacto de la crisis sobre el empleo es mayor. La tasa de actividad registrada por el Indec, fue del 38,4%.
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