En la junta celebrada de forma virtual a causa de la pandemia, en la que ha estado representado el 44,58 % del capital social, se aprobaron por mayoría entre otros puntos la reducción del capital social de 2,56 euros por acción a euro por acción ( el 99,59 % de los accionistas dieron su apoyo), y la posterior ampliación de capital de aproximadamente 509 millones de euros fue aprobada por el 97,95 %.

La inyección de capital del Gobierno alemán supone entre otras condiciones que el Estado tendría una participación del 25%, con lo que el Ejecutivo de Merkel tendría una minoría suficiente para bloqueo. Asimismo, el Gobierno también podrá disponer de dos puestos en el consejo de administración de la compañía, en una situación como la que se va a dar en Air Europa tras su rescate por parte del Estado español.

Es decir, el Gobierno alemán va a estar muy pendiente de si el gigante de la turoperación va a lograr sacar adelante el negocio después de casi un año sin ingresos, con grandes inyecciones de ayuda financiera y con unos próximos meses que también van a ser muy duros porque la recuperación del turismo no se ve tan clara ahora en plena tercera ola de la pandemia azotando a Europa.

Cabe recordar que TUI tiene una deuda acumulada de 4.800 millones, «con muchos millones de intereses» mensuales que aún no está abonando, como señaló en diciembre Arturo Ortiz, consejero de Turespaña en Berlín, en la jornada de mercados emisores organizada por la FEHM.

Ortiz advirtió de las grandes dificultades que enfrenta TUI para devolver los préstamos recibidos por parte del Gobierno, con un panorama en el que está perdiendo 500 millones por mes. En caso de que no sobreviva no habría quiebra, pero el Ejecutivo alemán se quedaría con el 25%, destacó el consejero de Turespaña.

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