Con la recuperación de la actividad turística tras la pandemia, y el ansia viajera extendiéndose por todos los mercados, se han recrudecido los fenómenos de turismofobia previos a la Covid en destinos consolidados como Barcelona, Venecia y Brujas. Como está claro que el turismo no va a ir a menos, la World Travel Market ha reunido a los responsables turísticos de algunas de estas ciudades para conocer qué iniciativas están adoptando para luchar contra el overtourism y favorecer la mejor relación entre residentes y visitantes.
En Barcelona, campañas de comportamiento cívico para turistas
Miquel Rodríguez Planas, responsable del Área de Promoción Económica del Ayuntamiento de Barcelona, tras recordar el cambio de gobierno que se ha producido al frente del Consistorio, ha rechazado “culpar al turismo porque es un sector positivo que contribuye al desarrollo económico a la ciudad, para la que es su cuarta fuente de ingresos”.
Sin embargo, como ha reconocido, “no podemos olvidar la realidad de un sector muy fuerte en una ciudad con una gran presión demográfica, por lo que tenemos que gestionarlo, por ejemplo con una promoción estratégica de eventos especiales, temporadas culturales, oferta gastronómica, etc.”.
De izq. a dcha, el alcalde de Monterosso al Mare, Emanuele Moggia; Silvia Moggia, estratega y storyteller de datos de The Data Appeal Company; Vincent Nijs, responsable de Estrategia de Visit Flandes; Miquel Rodríguez Planas, responsable del Área de Promoción Económica del Ayuntamiento de Barcelona; y el moderador, Harold Goodwin, consejero de turismo responsable de WTM. Fuente: Hosteltur.
En Barcelona abogan por “campañas de comportamiento cívico para que los turistas sepan que son ciudadanos temporales y tienen que comportarse como tal”, según ha detallado Rodríguez Planas. También por “la digitalización, para ofrecer una mejor oferta a los turistas y optimizar la gestión”. A ello se suma “trabajar para diversificar la oferta turística, porque todo el mundo quiere ir a los mismos sitios”.
“Es fácil criticar el turismo, pero no todo es blanco o negro, porque en Barcelona hay mucha gente viviendo de esta actividad. Lo que tenemos que hacer es saber cuidarlo y gestionarlo”, ha concluido el responsable del Área de Promoción Económica del Ayuntamiento de Barcelona
En Flandes diseñan todos juntos la estrategia turística
En Flandes lo primero que hicieron fue analizar la sensibilidad de los residentes hacia el turismo… y los resultados no fueron malos, según ha informado Vincent Nijs, responsable de Estrategia de Visit Flandes. Así, el 80% de los encuestados apoyaba el desarrollo turístico, aunque también hablaba del impacto negativo que suponía para su día a día, pero el sentimiento en líneas generales era positivo. Incluso durante la pandemia, cuando no había turismo, aseguraban que sentían su presión. “Era una cuestión mental, pero no debemos olvidarlo porque es algo que preocupa a la gente”.
Por ejemplo, se han propuesto “evitar que Brujas se convierta en una ciudad-museo, con la nueva visión “Travel to tomorrow”, basada en generar valor, en ver el turismo como un driver positivo en pro de la sostenibilidad, entre otros fines”. De este modo en la ciudad han puesto en marcha “una nueva política cuya estrategia definimos todos juntos, porque es la única forma de que funcione. Llevamos año y medio trabajando para decidir qué futuro queremos y cómo convertir el turismo en ese driver positivo para alcanzarlo”.
Y ha puesto ejemplos concretos, como “dejar de fijar nuestra atención en el crecimiento de las llegadas; tampoco participamos en muchas ferias. Necesitas tiempo para explicarlo y para diseñar unas experiencias que delimiten qué segmentos de demanda quieres atraer que encajen con esa oferta personalizada y con quién eres como destino, para no disparar a los perfiles de visitantes que no encajen”.
El caso extremo de Cinque Terre
Pero sin duda el caso más extremo que se ha escuchado en esta mesa ha sido el de la región italiana de Cinque Terre, integrado por cinco pueblos donde se distribuyen 3.000 residentes, que sin embargo reciben 4,5 millones de visitantes anuales. La ciudad más grande, Monterosso al Mare, alberga a 1.000 de ellos pero acoge a 15.000 turistas diarios.
Y si las cifras sobrecogen, las palabras de Silvia Moggia, estratega y storyteller de datos de The Data Appeal Company, al referirse a la actitud de esos habitantes hacia una actividad turística que les supera en todos los sentidos, no han dejado indiferente a nadie. Y es que “ven el turismo como dinero fácil, no hace falta que seas muy profesional ni necesitas formarte porque la gente seguirá viniendo igualmente”.
Asimismo, como ha añadido, “los servicios para residentes se han convertido en servicios para turistas, intentando responder a lo que creen que requiere la demanda aunque en realidad no sea así, además de dejar sin servicios a locales y visitantes para su día a día. Lo peor de todo es que no hay manera de echar marcha atrás porque la gente no sabe hacer otra cosa. Y tras la pandemia, se ha llenado de nuevo de turistas. Es como una droga: es dinero fácil pero te acabará matando”.
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No obstante, desde el Ayuntamiento de Monterosso al Mare están adoptando medidas para paliar las consecuencias de este fenómeno, según ha explicado su alcalde, Emanuele Moggia. Así, buscan “el equilibrio entre mantener la calidad de vida de los residentes y proporcionarles servicios relacionados con la comunidad, y seguir atrayendo a visitantes”. Para ello están invirtiendo para elevar la oferta turística hacia un producto más cultural y de lujo, y conseguir de esta forma que la demanda se readapte, con los residentes como un grupo de interés más con el que contamos para entre todos decidir dónde enfocar la inversión”.
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