miércoles, 8 de mayo de 2019

ECONOMÍA DEL TURISMO. Argentina. Profunda crisis en el sector turístico y gastronómico.

Crisis, recesión, inflación, presión tributaria, etcétera

Se van perdiendo las esperanzas de que el Estado mire a España, país qué encontró en el turismo su tabla de salvación. 

FERNANDO FARACO*

Lunes 29 de abril de 2019 - 00:20 | Actualizado: 29/04/2019 - 01:00


Un escenario cada vez más complicado, más recesivo, con costos imposibles de afrontar y con una rentabilidad que comienza a pasar de mínima a nula a pasos agigantados.

Empezamos a recorrer este nuevo año con alguna lucecita de esperanza en el verano, la temporada alta, y la posibilidad que veníamos escuchando por parte de los gobiernos nacional y provincial de que la devaluación haría que los argentinos comenzaran a vacacionar dentro de su país y de que el turismo internacional llegaría seducido por el nuevo precio del dólar.

A la espera del “boom”

Nos quedamos esperando esta masiva llegada, que seguramente haría explotar las rutas y colapsar los aeropuertos y las terminales de ómnibus. Pero nada explotó ni colapsó.

Hubo algún movimiento un poquito más interesante los fines de semana de enero, con algún pico en febrero, y con buena cantidad de turismo en el fin de semana de Carnaval. Vale aclarar: dos noches y media, de 60 aproximadamente que tiene la temporada alta.

La realidad habla por sí sola. El turismo tiene en la hotelería y la gastronomía el generador más fuerte de empleo, el de mayor contribución impositiva, el de mayor consumo de servicios esenciales, una verdadera usina de posibilidades.

El Estado debería considerarlas actividades productivas y potenciales para el país, y dejar de exprimirlas con los impuestos.

Hoy, el 40 por ciento del precio de cada servicio en cualquier establecimiento hotelero y gastronómico es impuestos, sin contar las cargas sociales y los salarios, que se llevan prácticamente la poquísima rentabilidad.

Mejores reglas


A ello se suma la proliferación desmedida de competencia desleal en los departamentos de alquiler temporario, que suman en la Argentina aproximadamente 487 mil plazas sobre 432 mil plazas hoteleras legales y en regla, según datos relevados por la Federación Hotelera y Gastronómica (Fehgra).

Esta modalidad debería contar con una legislación que les exigiera lo mismo que a un hotel, para poder competir en igualdad de condiciones.

Hay que tener claro que no toda la hotelería es de cadenas internacionales. El 95 por ciento son pymes y en su mayoría negocios familiares, y en la gastronomía casi el cien por ciento son pymes.

El decreto firmado por el Presidente, de exención de contribuciones patronales para las pymes del país, olvida a este sector. No lo tuvo en cuenta.

De pasar a escuchar que el turismo es una política de Estado, fuimos ignorados en la posibilidad de recibir un poquito de oxígeno cuando se está a l borde de la asfixia.

Salvataje

No pedimos más que lo que damos, para salvar los establecimientos, para salvar a las familias que trabajan en ellos y para que los empresarios puedan vivir dignamente y no cubrir con otros ingresos los costos excesivos para cuidar la fuente de trabajo de su gente.

Las pymes del sector se vuelven inviables si se suman el “costo Córdoba”, Ingresos Brutos que nunca fueron disminuidos y las tarifas eléctricas más caras del país, y encima de una empresa ineficiente y deficitaria, que nos suele dejar a oscuras con los turistas. Se van perdiendo las esperanzas de que el Estado mire a España, país qué encontró en el turismo su tabla de salvación.

Ya es un grito desesperado de subsistencia, de alarma y de socorro. En Córdoba son aproximadamente 36 mil puestos de trabajo que no deberían ser pasados por alto.

* Director de la Asociación Hotolera Empresaria Gastronómica de Córdoba.


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