Una profunda corriente de
cambios
Iberostar sigue consolidando su firme apuesta por el turismo
responsable. Su estrategia de sostenibilidad reposa en el movimiento 'Wave of
Change'. La protección de la biodiversidad, de las barreras de coral y de los
fondos marinos es una de sus vertientes más llamativas
Una de las cualidades de
las olas es que, aunque una pase, siempre hay otra que la sigue; la corriente
es continua, constante, incesante y natural. Y es ese el ritmo que decidieron
imprimir en Iberostar a los cambios que querían llevar a cabo en la compañía,
desde las profundidades a la superficie. Wave of Change, que es como decidieron
llamar al movimiento que vehicula su estrategia de sostenibilidad, empapa todas
las capas de Iberostar y nació para alinear su estrategia empresarial con la protección
de la biodiversidad, el medio ambiente y los océanos.
“El siguiente paso es empezar a medir todos los impactos,
especialmente los de las nuevas políticas para saber dónde estamos y adónde
vamos. Para evolucionar hay que tener capacidad de escuchar el dato. Si
hablamos de economía circular, poder medirlo por hotel, por departamento. Y
evolucionar es el gran reto”, explica Gloria Fluxà, vicepresidenta y Chief
Sustainability Officer de Grupo Iberostar. A su lado se sienta la científica
Megan Morikawa, directora global de Sostenibilidad del grupo, un fichaje tan
relevante para la compañía que Fluxà se refiere a su dirección como una
“bicefalia”. “Somos complementarias”, explican.
Iberostar incorporó a Morikawa, doctora en genética de corales,
para apoyar la investigación de estas barreras de incalculable valor natural.
El grupo tiene tres líneas de investigación en este terreno: arrecifes
coralinos, manglares y praderas de algas marinas. “Siempre hemos buscado
conexiones con la ciencia y la academia para ser catalizador de soluciones en
las comunidades en las que operamos. Nos gusta que la Cátedra Iberostar del
Mar, con la Universidad de las Islas Baleares, esté aquí; desde ella impulsamos
la formación e investigación en el campo de la ecología marina y en ámbitos
afines”. La científica, que se expresa en un perfecto español, apostilla: “La
formación y el rigor científico son vitales. Queremos asumir el liderazgo para
ayudar a cerrar la brecha entre la ciencia y el sector privado”.
Wave
of Change tiene
tres tentáculos: la salud costera, el consumo responsable de pescado y la
eliminación de plástico de un solo uso avanzando hacia la economía circular.
Durante 2019, la compañía ha dejado de generar 400 toneladas de residuos
plásticos en sus hoteles en todo el mundo. Y, sobre estos tres ejes,
replantearon toda su estrategia como compañía. A la excelencia en hospitalidad
se une la científica. Sus equipos son multidisciplinares y combinan los
fichajes de ingenieros, biólogos o expertos en algún ámbito de la economía
verde, con la promoción interna. “Nuestra máxima es que si tienes el talento,
lo debes fomentar. Buscamos un experto en circularidad porque se habla mucho de
ella, pero hay que tener un plan y bases sólidas y científicas para implementar
cambios en 2020. Y en el camino, empoderar a los equipos y acoger y educar
turistas responsables”, apunta Morikawa.
Quieren que el visitante empiece este camino antes de llegar al
establecimiento y al marchar. Además de en la señalética, los recordatorios en
las habitaciones —a final de año en todo el mundo, todas estarán libres de
plásticos de un solo uso— y en las cartas de los restaurantes —con su pesca
sostenible certificada—, la compañía impulsa acciones de sensibilización con
sus clientes. También cuenta con un programa de animación infantil, Star
Camp,
que dedica un día de su programación semanal a sensibilizar a los niños sobre
los océanos. Con su base en el complejo Bávaro de República Dominicana,
Iberostar ha inaugurado en 2019 su primer vivero de corales en tierra, que
puede visitarse. Asimismo, se están llevado a cabo proyectos con ecosistemas de
manglares con el fin de aprovechar sus características naturales de biofiltro
para la depuración de aguas residuales.
Tampoco los proveedores
están al margen de esta tarea educativa. “Nuestra visión es a largo plazo y
ellos no han sido una excepción. El equipo de compras ha hecho un gran trabajo
acompañándolos en el viaje, porque esto no va de cambiar de proveedores, sino
de repensar dinámicas”. Cada año, la apuesta es mayor. “Es un cambio, que es
permanente. Una vez arrancas y te comprometes, no hay marcha atrás”. Por eso
quieren que todas las acciones y políticas puedan auditarse y medirse. Por
ejemplo, tienen en marcha un proyecto para analizar la biodegradabilidad de los
materiales que utilizan. Sus esfuerzos no solo tienen corte medioambiental,
también social. “El comercio justo, el trato de las personas, de los
trabajadores, no puede olvidarse por centrarse en el tema ambiental o en los
recursos pesqueros. Todo cuenta”, dice Fluxà, y recuerda: “Todo procede de una
filosofía de empresa familiar que cree en las personas y en los recursos
naturales”.
El grupo cuenta, además, con un equipo de científicos dentro de
la Oficina de Sostenibilidad que “tiene en marcha investigaciones sobre los
arrecifes de coral, o sobre cómo estos pueden sobrevivir al cambio climático”,
explica Morikawa.
UN
MODELO TURÍSTICO CADA VEZ MÁS RESPONSABLE
“No somos tan
ingenuos como para obviar las consecuencias del cambio climático en la costa,
pero somos optimistas. Creemos que podemos evolucionar, llamar la atención
sobre todo esto y actuar. Queremos contagiar este modelo turístico responsable
que ayude a mitigar los impactos”, insiste Fluxà. “Algo para nosotros muy
importante es abandonar el concepto de que no se puede ser rentable haciendo
las cosas bien. La sostenibilidad no puede estar reñida con la viabilidad
económica. Para fomentar el cambio debes ser rentable”.
Su plan es que todo lo
que hacen pueda replicarse; que pueda copiarse la forma de hacer las cosas,
como una metodología. “El año que viene tenemos que escalar los proyectos que
ya hemos hecho en otros destinos, desde la pesca responsable a la economía
circular. Tenemos proyectos en Jamaica, México, Europa... Para ver los efectos
aún tardaremos años, pero tenemos que empezar ya”, explica esta directiva. “No
solo estamos en una ubicación y en un ámbito; estamos en muchos, y en todos
importa la salud costera, pero cada sitio tiene sus propios desafíos”.
La compañía ha
establecido alianzas con organismos internacionales como Fundación Ellen
MacArthur, Marine Stewardship Council, FishWise, WWF y entidades locales como
Tirme y la Fundación Impulsa (Mallorca) o Fundemar (República Dominicana),
entre otros.
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