Cae la demanda turística en Europa por la guerra en Ucrania
La terrible situación de guerra que se está viviendo en Ucrania afecta también al panorama internacional. Aunque lo principal es el elevado coste en vidas, el conflicto bélico con Rusia tiene otras múltiples consecuencias negativas. De momento, ya se ha visto cómo la demanda de turismo en Europa ha empezado a caer. Al menos, temporalmente.
Por su parte, los economistas también aseguran que el impacto económico total será mayor en Europa que en otras zonas del mundo. No es de extrañar, ya que a la proximidad geográfica se suman otros factores, como la relación tan directa entre dichos mercados. Es lo que ocurre también en el sector viajes.
El aumento de la inflación augura una situación complicada en una ya de por sí compleja coyuntura de crisis causada por el impacto de la pandemia. Como resultado directo, para el turismo también habrá muchos retos por delante en los próximos meses, ahora que comienza la temporada alta.
Justo cuando se cumplen dos años del encierro causado por la Covid-19, estamos empezando a ver las consecuencias de un nuevo desafío. Por ejemplo, el consumo ya se ha estancado en algunos países de Europa del Este y el coste de los vueltos está comenzando a aumentar.
Los factores que determinan el impacto económico
El economista británico Ian Stewart considera, como recoge CoStar, que los dos principales desafíos pasan por la subida de precios y las sanciones a Rusia. A su vez, la energía tiene otro papel clave, por lo que en esta amalgama de elementos va a resultar vital en el desenlace.
Hay que tener en cuenta que ambos países exportan mercancías como comida, metales y baterías, sobre todo en el caso de Rusia. Por otro lado, la dependencia del gas ruso también está ocasionando una subida de los precios, aunque de momento no han surgido problemas de escasez.
Es decir, que estos vaivenes monetarios y la posible escasez amenazan a los alojamiento. Sobre todo, porque conlleva un importante encarecimiento del transporte aéreo. A esto hay que añadir el cierre del espacio aéreo ruso, que en algunas rutas obliga a desvíos que llegarían también a ser costosos.
Por ejemplo, si el combustible aumenta, el precio de los vuelos también lo hará. Y, si el billete cuesta más caro, podría disminuir la cantidad de viajeros. Por tanto, una subida de costes, en un punto en el que todavía no se ha terminado de recuperar la demanda, podría ser letal para algunos establecimientos.
La caída de la demanda en Europa
De momento, hay algunos países cercanos a la zona de conflicto que han visto cómo sus reservas disminuirían. En ForwardKeys han observado que en las áreas cercanas en la semana posterior al estallido del conflicto el interés internacional se había reducido entre el 30 y el 50%. Es el caso de Polonia, Croacia, Bulgaria y las repúblicas Bálticas.
Según el segmento, la empresa de inteligencia turística también ha descubierto que los vuelos dentro de la propia Europa cayeron alrededor del 23%. Mientras, para los turistas procedentes de Estados Unidos la cifra era algo inferior, de tan solo el 13%. En conjunto, parece que de momento en toda Europa la disminución de la demanda en vuelos es menor del 30%.
Además, ya hemos visto que entre los 20 países más afectados por la ausencia de turismo ruso no se encuentra España. La razón es que no depende directamente de este segmento, aunque por otro lado son turistas de alto impacto que hacen mucho gasto de media.
Por ello, en Cataluña e incluso en la Comunidad Valenciana esta ausencia, sumada a la devaluación que ha experimentado el rublo, sí podría ser un problema. En cualquier caso, de momento el cierre del espacio aéreo no permite la reactivación de la afluencia, por lo que habrá que esperar para ver qué sucede.
En Costa Daurada están teniendo problemas similares. El motivo en este caso es que este año tenían puesta su confianza en los viajeros procedentes de Ucrania y Polonia. Para hacer frente a la caída de demanda, en la zona se están buscando nuevas colaboraciones estratégicas, centradas en atraer al turismo británico familiar.
España como refugio turístico
Por otro lado, es posible incluso que el miedo a viajar a zonas cercanas al conflicto despierte el interés en otros destinos más seguros dentro de Europa. Al menos, entre los propios turistas del continente. Si nuestro país sabe proyectar una imagen de seguridad y confianza en el exterior, podría beneficiarse de ello.
Al final, se sitúa lo suficientemente lejos del área afectada. Hasta tal punto de que la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA) no la incluye entre las zonas de alto riesgo para los aviones civiles.
Como consecuencia, puede ser percibida más favorablemente que sus competidores directos, como es el caso de Turquía y Croacia. De momento, el Gobierno ya ha asegurado que está trabajando para paliar las posibles pérdidas aunque la demanda turística caiga en Europa.
Con este objetivo en mente, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, viajará a Estados Unidos para promocionar como destinos clave Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía.
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