Los peligros de una mayor precarización
“(…) La actividad turística necesita involucrar directamente al personal, a los trabajadores y las trabajadoras de los hoteles, porque para que se pueda cumplir el lema mundial del sector, que es recuperar la confianza, habrá que brindar seguridad sanitaria y esto tiene que funcionar a todos los niveles.
Si bien en Argentina aún no se encuentran habilitados los hoteles de turismo, la costa atlántica está autorizada a trabajar a partir del 1 de diciembre.
(…) Hay que estar atentos, empezamos a vislumbrar y a ver unas prácticas que podrían encubrir falsos cuidados al trabajador y que están dejando al descubierto el devenir de una precariedad laboral que va a ser mayor que la que teníamos previo a la pandemia.
Nuestro nuevo reto es volver a los puestos de trabajo con la máxima seguridad, para que nadie se contagie, ni los huéspedes ni los trabajadores.
Atención a los engaños
(…) Por otra parte, deberemos estar especialmente atentos al personal de piso, uno de los colectivos más golpeados y con las peores condiciones laborales.
Las camareras de piso siguen siendo el personal más vulnerable de la estructura hotelera, y es allí donde las empresas están usando el miedo para precarizar aún más las condiciones de trabajo.
Algunas cadenas hoteleras se están valiendo de la pandemia para reducir las horas de trabajo y los trabajadores creen que eso los beneficia. Sin embargo, esto esconde otra situación.
En una cadena cinco estrellas en Buenos Aires que aún no está habilitada como hotel de turismo pero aloja a los tripulantes de la aviación, hicieron una publicación donde mencionan que las habitaciones no deben limpiarse por siete días, salvo que el pasajero lo indique.
El Covid-19 es una enfermedad que exige una limpieza extrema y diaria, y esto debe ser visto como punto principal, junto al uso de tapabocas, la higiene personal y el respeto del distanciamiento social.
Las empresas deben cumplir con sus huéspedes, pero también con los trabajadores y trabajadoras y para ello deben cambiar su forma de pensar. Si no hay seguridad, vamos a vivir oscilando entre cierres y aperturas, con la consecuente precarización laboral.
Habrá que implementar medidas de prevención puntuales que mejoren la calidad de vida de quienes trabajan en el sector, y que además permitan a las empresas ofrecer lugares seguros (…).
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