INVERSIONES
Una iniciativa de Trump amenaza desde hoy a los hoteles españoles en Cuba
Las cadenas españolas recurren a bufetes internacionales para proteger sus inversiones en la isla tras abrir Trump una vía a reclamaciones masivas Meliá e Iberostar son las más expuestas.
- Ley Helms-Burton.6.000 pleitos en busca de una indemnización
- Consecuencias. Una espada de Damocles sobre inversores durante 23 años
La nueva amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de endurecer el embargo cubano a través de la ley Helms-Burton, golpea de lleno los intereses de varias hoteleras españolas en la zona. Las más afectadas por la última decisión del mandatario norteamericano son Meliá e Iberostar, las cadenas con más establecimientos en la isla -más de 70 entre las dos si contamos con los proyectos ya firmados-, y las primeras que llegaron a la zona. Sin embargo, no lo pondrán nada fácil: ya cuentan con el apoyo jurídico y legal de importantes despachos de abogados para preparar sus defensas ante posibles demandas futuras.
El problema radica en un anexo de la ley Helms-Burton, su Título III, que fue creado para permitir que los estadounidenses, incluidos los cubanos naturalizados, pudieran demandar ante tribunales de EEUU a las compañías que supuestamente se están beneficiando de propiedades en Cuba que eran suyas hace 60 años, antes de la Revolución de 1959. Desde su aprobación, la disposición ha sido suspendida por todos los Gobiernos estadounidenses cada seis meses, pero la novedad es que el Ejecutivo de Trump ha acortado cada vez más esos plazos: primero lo anuló por 45 días, luego durante un mes y más recientemente por solo dos semanas, que vencen hoy.
Y aunque la Asamblea cubana insiste en que en que la ley Helms-Burton es «inaplicable» y no tiene «efecto jurídico» en la isla, lo cierto es que sí que podría tener un impacto negativo en los intereses hoteleros españoles en Cuba.
Fuentes de Meliá consultadas ayer por este diario llamaron a la calma y aseguraron que «la ley no va contra las empresas extranjeras, sino contra algunas sociedades cubanas». Y aunque no les falta razón, no es menos cierto que entre las compañías que podrían ser objeto de demandas está Gaviota, que es propietaria de los hoteles cuya gestión cede a los empresarios extranjeros. Más de una decena a compañías españolas.
No obstante, desde Meliá puntualizan que esto no significa que «no vaya a tener impacto» la última actuación de Trump, pero destacan que «desde siempre hemos tenido apoyo jurídico y legal en EEUU, como en todos los mercados en los que operamos». Y por el momento, tal y como sostienen, no ha habido «ningún tipo de problema ni novedad» en cuanto a este asunto. «Queremos seguir comprometidos con Cuba», concluyen.
Desde Iberostar declinaron ayer hacer declaraciones sobre este asunto y optaron por la cautela, ya que, al igual que ocurre con Meliá, de momento no se sabe nada concreto todavía. Eso sí, al igual que la primera, cuenta también con servicios jurídicos en el país norteamericano por si las cosas se torcieran.
En el Grupo Barceló, pese a aparecer en la famosa lista negra del Departamento de Estado del país norteamericano -igual que Meliá e Iberostar- se mostraron ayer especialmente tranquilos. «No estamos en absoluto preocupados, nuestra posición en Cuba es a través de contratos de gestión, por lo que no hay inversión ni, por lo tanto, riesgo».
Por otra parte, recalcan, su presencia en la isla es pequeña (tres hoteles), por lo que no van a «implementar ningún tipo de medida pues nosotros nos hemos adquirido ninguna propiedad que hubiese sido expropiada a ciudadanos estadounidenses, que es lo que la Ley Helms-Burton persigue».
A lo largo de las dos últimas décadas, hoteleras nacionales han logrado cerrar acuerdos con cubanos residentes en Miami propietarios de solares para evitarse problemas a largo plazo, pero no ha ocurrido con todos los casos.
LA ACCIÓN ESPAÑOLA
Paralelamente, el ministro español de Exteriores, Josep Borrell, en su visita a Washington a inicios de este mes, transmitió a su homólogo estadounidense, Mike Pompeo, el rechazo del Gobierno de España a la activación del Título III.
Y la acción del Ejecutivo de Pedro Sánchez no se quedará ahí, está organizando un viaje conjunto a la feria FIT Cuba del próximo mes para apoyar al sector turístico español y sus empresas. Está dispuesto a ayudar y a influir ante la UE para colaborar ante lo que pueda ocurrir.
En esta línea, la Cámara de Comercio de España reclamó hace unas semanas a la UE una postura común para actuar contra el endurecimiento de la aplicación de la Ley Helms-Burton que implicaría graves riesgos para las empresas españolas que han realizado inversiones en Cuba, cumpliendo escrupulosamente la legislación cubana, española, europea e internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario