Los sensores permiten descubrir dónde se producen aglomeraciones
Las ciudades aprenden a gestionar los flujos turísticos
Valencia y Málaga monitorizan a los visitantes, Bilbao desarrolla un asistente virtual
1 diciembre, 2022Las ciudades turísticas, primero quieren ser un destino conocido y hacen todo lo posible por atraer viajeros; cuando lo consiguen, la situación cambia y el reto es gestionar esos ingentes flujos turísticos. Eso le sucede a urbes como Valencia, Málaga o Bilbao, que están creciendo y aprendiendo a modular esta actividad. Y han contado su experiencia en la jornada 'Turismo urbano, recuperación e incertidumbre', que ha organizado este jueves Hosteltur junto al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
En la mesa de debate 'Ciudades y Turismo: 365 días funcionando', moderada por el editor de Grupo Hosteltur, Manuel Molina, han participado Jonathan Gómez, Director General de Turismo de Málaga; Mercedes Rodríguez, Directora General Bilbao Turismo, y Antonio Bernabé, de Fundación Visit Valencia, que han desentramado su situación, expectativas y objetivos.
"Hemos llevado adelante un proceso estratégico desde hace años. Somos la ciudad con más tecnologías de España, gracias a las más de 600 empresas instaladas en el Málaga Tech Park. Hemos sensorizado toda la ciudad con diferentes tecnologías, y ahora podemos controlar los lugares, las horas y los momentos gracias a una IA", ha manifestado Gómez.
"Ahora hemos dado un salto más allá -ha continuado-, tenemos una card y trackeamos a los turistas. Podemos saber en cada momento qué está pasando y dónde están las aglomeraciones. Teníamos el reto de diversificar, pero es algo que ya hemos conseguido; cada vez más los turistas se dispersan por más barrios de la ciudad", ha subrallado.
"Hemos hecho una gestión de flujos bastante estratégica en los últimos años"
Mientras tanto, Málaga se prepara para ser una de las cinco ciudades españolas que acogerán actos del programa Picasso Celebración en 2023. Con lo cual, podrá aplicar esa experiencia en gestión de flujos, como ya hizo en 2010, cuando fue nombrada Ciudad Inteligente Europea, siendo la primera urbe en ostentar esa distinción reservada a las 'smartcities'.
Abrirse a las afueras
Por su parte, Bilbao es una ciudad que busca una transformación, algo menos preocupada por los flujos turísticos -en el aspecto de cantidad- y más centrada en diversificar la oferta para atender a los visitantes adecuadamente, según ha expuesto Rodríeguez.
"Hemos conseguido fondos NextGeneration EU para sumar atractivos a la ciudad, como el monte de Artxanda, que recuperaremos para los ciudadanos y los turistas"
En cuanto a la apuesta tecnológica: "estamos desarrollando un producto de inteligencia artificial: un asistente virtual que se relacione con los viajeros en las distintas etapas del viaje. Es un servicio de información y de márketing que funciona 24 horas al día y los 365 días del año. Este proyecto es una verdadera transformación", y por supuesto otra manera de manejar los flujos turísticos.
Más espacios de atracción
En el caso de Valencia, una ciudad turística rodeada de huerta, el reto es el desarrollo de una oferta "en el conjunto del espacio urbano". Por tanto, se están creando "más espacios de atracción", que en esta urbe "están bien delimitados". Además, "a través de nuestra turistcard monitorizamos a todos los turistas que la adquieren", ha detallado Bernabé.
"Estamos incorporando sensores a la ciudad que identifican a los usuarios y les planteamos ofertas y propuestas"
El representante de la Fundación Visit Valencia ha recordado que la ciudad es este año Capital Mundial del Diseño, lo cual, afecta a la arquitectura, el espacio urbano, el interiorismo, la artesanía -elemento identitario-, las tradiciones y la innovación. Por eso, "ahora estamos trabajando en experiencias inmersivas vinculadas al mundo fallero". Otra manera de gestionar los flujos.
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